miércoles, 10 de septiembre de 2008

Marulanda ¿el último de los mohicanos?

La guerrilla de las FARC sigue viva y actuando Vencido por una enfermedad, pero no por las armas, murió Pedro Antonio Marín, el Comandante Manuel Marulanda, Tirofijo, el Jefe de las FARC, el líder guerrillero que luchó 59 años, alzado, desde 1949, en epopya revolucionaria incomparable en los anales de la historia.
Tirofijo se une a los grandes mitos guerrilleros americanos de todos los tiempos: el indio norteamericano Gerónimo y el argentino-cubano Ernesto Che Guevara, con la condición de que nunca fue capturado ni vencido, su lucha continúa y son muchos los que identifican cada día en la batalla que se desarrolla en Colombia contra el gobierno proyanqui de Uribe, una de las claves del triunfo de la Segunda Independencia Americana.
Los recientes asesinatos del Comandante Raúl Reyes en Ecuador, con bombas norteamericanas y del Comandante Iván Ríos a manos de agentes uribistas, junto a la muerte del líder máximo, han sido duros golpes para las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que el imperio, Uribe y algunos otros contemplan, los primeros gozosos por sus “triunfos” y los otros creyendo asistir a la “demostración práctica” de sus tesis sobre la “inviabilidad” actual de la lucha armada.
Los comunistas verdaderos nunca han tenido preferencias por este o aquel método de lucha, son las condiciones concretas en cada caso las que lo determinan. En Colombia, la oligarquía reaccionaria apoyada por el Imperialismo no ha dejado, objetivamente, otra opción.
Las guerrillas colombianas saldrán fortalecidas de estos avatares y el movimiento de solidaridad con los revolucionarios colombianos se acrecentará. El cerco mediático contrarrevolucionario que presenta a las FARC como terrorista y narcotraficante se está empezando a romper precisamente con las muertes de sus líderes.
Los jóvenes colombianos que viven bajo el terror de los para-narcos en casi todas las ciudades colombianas, van comprendiendo que sólo queda un modo de cambiar la situación en ese país y muchos latinoamericanos comprenden que en la selva colombiana está uno de los principales frentes de batalla contra el imperialismo.
Pero además, las imágenes del Che no están sólo en las camisetas de muchos latinoamericanos, están sobre todo muy adentro en sus pechos y mucha solidaridad se puede ahora desbordar para ayudar a derrotar política y militarmente al gobierno vende-patria de Uribe.
Lo que significa ese gobierno en Colombia, para la estrategia contrarrevolucionaria del imperialismo, ha quedado más que demostrado, si es que todavía alguien tenía alguna duda de los verdaderos propósitos del Plan Colombia.
En consecuencia, muy probablemente ahora, contrariamente a lo que piensan enemigos y detractores de las FARC, ésta se fortalezca, la lucha en Colombia se acreciente y se incrementen las acciones guerrilleras y el número de combatientes. Cortar el avance de la reacción contra Bolivia, la revolución bolivariana en Venezuela y la revolución ciudadana en Ecuador, pasa entre otros factores por la neutralización del plan Colombia.
La guerrilla de las FARC sigue viva y actuando. Pueden estar seguros: Marulanda no es el último de los mohicanos.
Gloria eterna a la memoria del Comandante Tirofijo
Socialismo por la vida.

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