miércoles, 3 de septiembre de 2008

La ANP vuelve a partir




La convocatoria dirigida a diversos sectores sociales a converger en una Asamblea Nacional de los Pueblos desde ya ha merecido por parte del régimen aprista la correspondiente condena señalando que su mismo nombre corrobora la infiltración ideológica que moviliza a los peruanos, juzga el ladrón a todos de su misma condición y así el APRA históricamente pedigüeña de la socialdemocracia internacional,
de los 30 mil dólares de Montesinos y los 90 mil que acaba de embolsillarse del PC Chino hace que hoy no conciban el surgimiento autónomo de una ANP ignorando que es la propia dinámica excluyente que impulsa el origen de las unidades populares, y que estas como la ANP, ya han existido en nuestra historia reciente. La ANP surge en los 80´s como una urgencia general por elevar los niveles de aglutinación de las fuerzas populares y revolucionarias en un periodo que la totalidad de sus participes calificaba como prerrevolucionario.
Tras dos encuentros preparatorios en Chiclayo y Lima que tuvieron como anfitriones al Frente de Defensa de Lambayeque y a la Federación de Construcción Civil respectivamente, se sentaron las bases y convocatoria que desembocaron en su lanzamiento en Villa El Salvador en noviembre de 1987. No existió organización popular ajena a este momento en que las múltiples tendencias y organizaciones confluyeron para crear una plataforma revolucionaria y abordar la agenda que demandaba la coyuntura: la toma del poder, pues entonces esa era la apuesta sobre la que no hubo izquierda que discrepe; ya se ha dicho desde las Ciencias Sociales que la pregunta no es por qué en aquellos años algunos grupos se lanzaron a batallar por la utopia, sino mas bien indagar las razones por qué esta asumió los causes formales.
La ANP convocó lo mejor del entusiasmo y la esperanza, los arenales de Villa acogieron las siempre múltiple izquierda que con sus banderolas, boletines y consignas apostaban por un mundo nuevo; la importancia de la ANP como instancia centralizadora de esfuerzos, la amplitud de su convocatoria y ambición con que buscó constituirse en contrapoder efectivo hizo que incluso la insurgencia tupacamarista acordase someterse orgánicamente a los acuerdos que derivasen de esta instancia articuladora, la lógica que priorizó la línea militar de la izquierda armada no permitió generar iniciativas mayores posteriormente y en el mismo sentido en la izquierda legal la ausencia de iniciativas políticas que trasciendan el maximalismo, la priorización de las agendas internas y el panorama que generó el conflicto interno terminaron extinguiendo este hito señero de la izquierda peruana. La ANP tuvo una dirección colegiada compuesta por Valentín Pacho, Ricardo Letts, Pasalaqua y el Yehude Simons de entonces. La distancia y contextos entre aquel episodio y hoy hace que huelguen mayores comentarios, empero ninguna experiencia organizativa se escribe sobre páginas en blanco y es necesario apoyarse en el yerro y acierto antecesor. Es necesario señalar que el objetivo unitario y centralizador una vez más debe apuntar al amplio espectro social excluído por el modelo económico reprimarizante neoliberal; la izquierda de los 80´s subsiste socialmente con menos siglas, en un abanico igual de plural, pero enraizado a problemáticas concretas de subsistencia. La madurez y necesidad de desprendimiento se ha hecho de mayor vigencia y hoy es más necesaria y lógica la representación y convocatoria de los frentes de defensa, desempleados, microempresarios, colectivos juveniles de izquierda por encima de cuotas partidarias o grupales. La renovación de rostros es imprescindible, un escenario nutrido de nuevos actores sociales no puede ser ni parecer un remake de gestas de antaño.
Finalmente, si la ANP de los 80´s reconoció un escenario prerrevolucionario, el actual es esencialmente uno preelectoral, siendo ineludible y fundamental, ANP hoy no puede restringirse a este eje y menos prematuramente girar entorno a figuras, es la plataforma y el compromiso de asumirla por cualquier fuerza política que se identifique con el país lo que debe regir su orientación en esta coyuntura.La ANP debe ponerse a la altura del momento histórico así como del antecedente de esperanza que le tocó a su hora encarnar.
22/08/08
Modificado el ( ABP/03/09/2008 )

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