martes, 18 de marzo de 2008

En el hospital “José María Vargas“ ejercen contraloría como una oportunidad de ser mejores ciudadanos

Los “Caballos de fuerza de la Revolución Bolivariana““¡Quiero correr de nuevo y caminar, y a mis amigos viejos visitar, pidiendo una oportunidad…!“, dice el tema salsoso del boricua Jerry Rivera, al cual este grupo de jóvenes y no tan jóvenes parece haber convertido en su lema de lucha17 de marzo 2008 (Carlos Machado Villanueva) A los destinos del centenario Hospital “José María Vargas“, ha estado ligada la vida de por lo menos una cinco generaciones de caraqueños, y más consustancialmente la de quienes habitan en las aledañas parroquias caraqueñas de Altagracia y San José, de allí que al materializarse en el día a día la participación y protagonismo colectivo constitucional, lo que hasta entonces era materia de rumores sobre inveteradas y consecutivas irregularidades en su complejo desenvolvimiento diario, comenzó a serlo de la acción de contraloría social, y “Los caballos de fuerza de la Revolución Bolivariana“, sus impulsores.El pasado 26 de febrero, esta organización social surgida en el barrio Providencia, fue expuesta a lo que catalogan sus integrantes como vilipendio público en un vespertino caraqueño, al parecer por quienes de una u otra manera se sentirían afectados por el accionar de los integrantes de esta organización social y contralora; bien porque se sienten al descubierto, o bien porque al accionar inicial de estos activistas sociales fue muy confrontador, como los reconocen “Los caballos…“, dispuestos como dicen estarlo a corregir estas fallas y muchas otras.En el referido reportaje se les tildaría de “malandros y delincuentes“, y aunque no niegan su tránsito difícil por la vida a causa de la pobreza familiar que los llevó incluso al delito; ni tampoco su duró “calé“ del barrio, y hasta su paso por el infierno carcelario que dejó marcas de muerte en sus cuerpos, ven no sin cierta tristeza y coraje cómo se les quiere destruir con la mentira, cuando por el contrario “Los Caballos de fuerza del a Revolución Bolivariana“ serían a su decir la respuesta al llamado constante de su líder máximo: a ser mejores personas, a la solidaridad, a la inclusión social y a darle una oportunidad a quienes quieren salir del túnel de la destrucción física y moral a que lleva la sociedad capitalistaFamilia es familia..Edison Almeida está al frente de esta organización social contralora. Junto con él, otras 35 personas se han propuesto ejercer la contraloría en el Hospital Vargas, invitando además a los consejos comunales del sector a sumarse a esta iniciativa. Desde el pasado mes de noviembre, cuando entraron en acción, muchas serían al parecer las señales encontradas de que algo no anda bien en el desenvolvimiento interno de este nosocomio capitalino, el cual sirve a su vez de centro de formación de profesionales universitarios en diferentes especialidades médicas, desde médicos cirujanos hasta especialistas en diferentes males.Consultado, Almeida informa que su acción se inició “dadas las irregularidades que nuestras personas que viven en nuestra comunidad, como enfermeros, camilleros, las personas de mantenimiento; ellos nos fueron recalcando a problemática que hay dentro del hospital, y por esa situación fue que nos avocamos a hacer contraloría social dentro del hospital“.En sus alrededores, en los cafetines, restaurantes y en las paradas de autobuses y en propuestos, es común ver la emblemática bata blanca galena junto a la no menos emblemática indumentaria de paramédicos y obreros. No pocas veces coinciden en la misma mesa a la hora del almuerzo. Dialogan, ríen entre sí, dejando ver en definitiva que forman una familia. Y “¡Familia es familia…!“, como dice el poeta Rubén Blades, incluso cuando de proteger su hogar común se trata.Al traspasar la reja que lo separa de la calle, el visitante se consigue con el frontal estilo francés del Hospital, una placa blanca cuelga de lo alto de la entrada indicando al visitante dónde se encuentra, quien no dejará antes de reparar en una ambulancia de un modelo reciente deteriorada y convertida en dormitorio de porteros nocturnos ene estacionamiento..Ya en su interior, los altos ventanales permiten una ventilación y una claridad, o mejor dicho luz solar, tan salutífica para quien se recupera de alguna enfermedad en sus salas. Y en los solares laterales concebidos para el mismo fin, “cachivaches“ arrumados les niegan esa posibilidad a los internos.Los verdes riscos del Guaraira Repano se insinúan por encima de los tejados cuando desde el patio central se vuelve la vista al norte.¡Ah enfermos‿ tan extraños!Atravesando un estrecho pasadizos de los varios que lo surcan, incluso uno inmundo y pestilente impensable en ese lugar, se llega a la parte trasera de la vieja edificación hacia el Este, donde se encuentra emplazada otra más moderna en bloque de “obra limpia“, de dos pisos, a la que se accede o se sale hacia la calle por un portón corredizo, testigo silente de movimientos extraños, como el de ambulancias sacando cargamentos de aluminio u otras cargas cual enfermos, a decir de algunos, más valiosas….Todo indica que esta edificación opera como depósito de equipos viejos o dañados desincorporados, como es natural. Aunque no puede evitarse la sospecha de que en estos lotes se consigan, como de hecho sucede, equipos aún de reciente adquisición desincorporados por falta de un repuesto de rápida colocación, un chip o algo por el estilo; e incluso, equipos aún embalados en su caja de madera desde hace incluso años.Una de las primeras acciones de los “Caballos de fuerza de la Revolución“ en este sentido, fue poner en servicio seis camas totalmente automatizadas, para pacientes en muy delicado estado de salud, revela Edison Almeida, quien además anunció su disposición de rehabilitar con trabajo voluntario camas, mesas quirúrgicas y camillas que a simple vista lo que requieren es de una repintada.“Yo agarré una rabia cuando me enteré que lo que estaba dentro de ese embalaje era un equipo de resonancia magnética, mientras que yo tuve que gastar casi cuatro millones de bolívares en clínicas privadas para hacerle varias placas a mi hijo“, dice Luis Rodríguez, quien comparte sus servicios como mototaxista a las afueras de este nosocomio con su labor de contraloría.Trabajar en conjunto“A veces el entorno se hace difícil, pues presionan mucho a las personas (…) A veces vienen muy agresivos y deberíamos trabajar en conjunto como equipo que quiere hacer bien al hospital“, dice Carlos Pinto, obrero en los trabajos de remodelación total de la sala de emergencia y el comedor del hospital Vargas.Al ser consultado, Edgard Suárez, uno de los ingenieros al frente de las obras en cuestión, expresó que “al principio hubo errores“ que se los atribuye a la falta de contacto directo con Los “Caballos de fuerza…“.“Bueno, al principio, o sea, hubo errores en cuanto que no conocíamos a ese grupo. Me imagino que era porque no teníamos contacto directo tampoco y, claro, ellos llegaron con una actitud agresiva, porque se sentían también preocupados por lo que estaba sucediendo acá en el hospital. Ya hemos ido conversando y se ha llegado como a una especie de acuerdo, pues: vamos a tratar de canalizar siempre las cosas antes (que nada) O sea, no apresurarse ante las acciones (de contraloría que desempeñan), pues“, dijo Suárez.Insistió al ser consultado que los integrantes de la organización de contraloría comunitaria, si bien al principio llegaron muy fuertes, actualmente “ellos (ahora) están comunicándose permanentemente con la contraloría de aquí del hospital. Ellos están ojo avisor aquí con las obras que se están ejecutando“.“Para mi sí están cumpliendo sus funciones, porque cuando un paciente necesita su ropa (de pijama, sábanas o cobijas)“, ellos se preocupan por traérsela‿, dijo Miguel ÿngel Pérez, empleado del hospital Vargas.“Ellos están haciendo un buen trabajo. Además del trabajo de contraloría, están ayudando a la labor que nos dice nuestro presidente de integrar a las comunidades a un trabajo, que ese es uno de los problemas que se tienen que atacar: buscarle que hacer a la gente joven, que eso es muy importante. Eso va dentro de los Tres Motores. Y no sólo eso, sino que están integrando a las comunidades (para que ejerzan la contraloría); porque acá en el hospital hay que hacer un trabajo muy profundo como se puede observar. Hay deterioro en as instalaciones, en los equipos médicos. Muchas irregularidades, que nosotros nunca habíamos podido integrarnos a esto. Entonces es como un trabajo de hormiguita que se está haciendo, en una integración de todos“, dijo Mirna Suárez, integrante de un consejo comunal del sector.En definitiva, “Los Caballos de fuerza de la Revolución Bolivariana‿, quieren una oportunidad para ellos y para quienes más jóvenes que ellos corren aún el peligro de no encontrar quien les tienda la mano oportunamente, llamado este que hace su líder Hugo Chávez y que ellos han decidido acatar al pie de la letra.

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