jueves, 6 de marzo de 2008

De Gerardo Márquez: Para desarrollar a Trujillo es necesario alcanzar un Gran Acuerdo Regional

En el estado Trujillo es necesario poner en marcha un verdadero Plan de Transformación Regional que convierta a la entidad en un emporio turístico y agroindustrial, para satisfacción de todos quienes aquí habitamos. La propuesta la formula el Capitán (r) Gerardo Márquez, aspirante a militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), opina que para lograr esos objetivos, “primero que todo debemos abocarnos a lograr un Acuerdo Regional en torno a unos propósitos comunes. En ese entendimiento deben estar involucrados todos los sectores que hacen vida activa en la región y de manera determinante a los Consejos Comunales”. ¿De qué forma pudiera concretarse ese acuerdo? Debemos partir del principio que no se puede excluir a nadie, ni por muy contrario que sea a nuestros postulados. Creo en el pluralismo ideológico, en la coexistencia pacífica y en la sociedad justa, solidaria, democrática, pluralista, comunitaria y perfectible. Defiendo la tesis de que la revolución que vive el país nacional se puede mejorar en grado sumo si logramos incorporar a densos sectores que se muestran confundidos y engañados por millonarias campañas publicitarias diseñadas desde el exterior en contra del gobierno nacional. -¿Qué opinión le merece el gobierno regional? De todos es sabido las diferencias que he mantenido con el doctor Gílmer Viloria a lo largo de los últimos años, a pesar de que durante muchísimo tiempo mantuve con él y con su honorable familia una relación de estrecha amistad. La distancia cobró cuerpo cuando el fue candidato a la Gobernación, al igual que mi persona. Una vez que él comenzó a ejercer la primera magistratura regional mantuve una actitud crítica hacia su gestión, pero sin dejar de reconocer la parte positiva de su mandato. Estimo que exhibe una labor tangible en materia de infraestructura vial, sanitaria y educativa que es imposible ignorar, especialmente en los municipios rurales del Estado. Entendidos en la materia que me asesoran aseguran que el gobierno del doctor Viloria ha cancelado cifras milmillonarias en pasivos laborales. Sin embargo, aprecio que todavía no se les ha cumplido a los trabajadores de la educación, y que ha faltado implementar un verdadero Plan de Transformación Regional que convierta a Trujillo en un emporio turístico y agroindustrial, para satisfacción de todos quienes aquí habitamos. Plan Balboa Hace pocos días usted alertó sobre las pretensiones colombianas de iniciar confrontaciones con sus vecinos. A la luz de lo sucedido todo indica que tenía razón. Cuando hablé acerca del “Plan Balboa”, mucha gente me llamó para preguntarme de dónde había sacado semejante hipótesis de confrontación. Ese perverso plan existe y pretende vincular al gobierno revolucionario de Venezuela y a su líder fundamental, Hugo Chávez, con el narcotráfico y con la narcoguerrilla, con la finalidad de acusarlo de terrorista. Y eso es lo que acabamos a ver a raíz de la violación de la soberanía del Ecuador por parte del ejército colombiano, cuando los portavoces colombianos inventan la novela de la computadora del extinto comandante Raúl Reyes, la cual tendría una supuesta información que relaciona al Presidente Chávez con el financiamiento a las FARC. Son cuentos de camino con los cuales se quiere ocultar el terrible delito cometido por Colombia al invadir a un país vecino. -El denominado “Plan Balboa” conlleva a una escalada bélica entre Colombia y Venezuela. ¿Es eso lo que usted quiere decir? Exactamente. El plan esta detalladamente concebido con la finalidad de acabar con el proceso revolucionario que vive Venezuela, y, también, de adueñarse de inmensos yacimientos de petróleo existentes en los estados limítrofes con Colombia y sus áreas de influencia directa. Alerto de nuevo a los trujillanos, pues nuestro territorio quedaría en medio de la zona de conflicto ideada por los gringos y la cúpula conservadora que hoy gobierna en Colombia. -¿Es por esa razón que altos funcionarios gubernamentales alegan que el próximo gobernador trujillano debe ser un militar? -Esa es una teoría perfectamente válida que ha estado circulando con mucha fuerza. En un escenario de confrontación bélica la presencia de gobernantes duchos en asuntos militares sería una garantía en la zona contigua a Colombia. Y nunca debemos olvidar que Trujillo es un estado estratégico para la seguridad agroalimentaria del país en general. -Muchos trujillanos se preguntan si usted, definitivamente, va a optar a la candidatura por la Gobernación Los aspirantes a militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) hemos optado por darle relevancia a los temas propuestos por el Presidente Chávez, con el fin de consolidar el proceso revolucionario en el país. Es por esa razón que todos nuestros esfuerzos están dedicados a trabajar por la unidad revolucionaria en Trujillo, y a colaborar en la revisión, rectificación y reimpulso de las políticas transformadoras que a favor de todos los venezolanos ha ejecutado el presente gobierno. No obstante, y para no evadir tu interrogante, debo manifestarte que junto a una legión inmensa de compatriotas he decidido optar por la gobernación de Trujillo, siempre y cuando la elección del candidato del PSUV se haga mediante el concurso de las bases. Esa es una decisión tomada que no tiene vuelta atrás. Unidad, Unidad… -¿Cómo puede lograrse la unidad en un ambiente hostil y de tantas diferencias internas? No es fácil, pero estoy convencido de que ha llegado el momento de dejar a un lado la retórica para pasar mediante hechos precisos a la búsqueda de la verdadera unidad. En este sentido no tengo ningún empacho en reconocer que yo mismo he cometido errores que han ahondado las diferencias entre la dirigencia revolucionaria. Sin embargo, estamos a tiempo de minimizar el problema si entendemos que tenemos que deponer actitudes y comenzar a sondear vías de entendimiento, construir caminos que faciliten la fraternidad y el diálogo. Yo estoy dispuesto a hacerlo. -¿Incluso con detractores suyos como Gílmer Viloria? -Incluso con él. Pero es pertinente que se entienda que no se trata de un simple borrón y cuenta nueva. Estamos hablando de un gesto verdaderamente revolucionario que comienza por actuar con humildad y un mínimo de raciocinio. Para ello se necesitan dosis enormes de madurez política si es que en verdad queremos colaborar con el Presidente Chávez en la optimización del actual proceso de transformación nacional. Sé que no es fácil. Algunos, al oír la propuesta que en ese sentido he elaborado, me han tildado de loco. Muchos creen que no es posible la consecución de la verdadera unidad revolucionaria en Trujillo, pues son escépticos en ese sentido. Yo, al contrario, mantengo la tesis de que dentro de la política de revisión, rectificación y reimpulso esta tesis es perfectamente viable. -El gobernador Viloria ha dicho de manera reiterada que combatirá con fuerza a quienes le han adversado, y quienes le conocen aseguran que una propuesta de esta naturaleza no tiene sentido. Lo que estamos haciendo no es otra cosa que cumplir con la pauta que nos ha recomendado el Presidente de la República y también Presidente del PSUV. La tesis de la unidad revolucionaria en Trujillo tendrá acogida porque eso es lo que desea el pueblo como un todo. Por supuesto que no debe ser una unidad ficticia, ni grupal para actuar contra otros. Tiene que ser una unidad basada en un Proyecto de Transformación Regional que persiga darle a Trujillo y a los trujillanos el sitial que se merece. Los lazos de solidaridad y fraternidad deben ser rescatados y es por ello que me propongo ponerme en contacto con todos los actores revolucionarios de la región. Ten la seguridad que ese intento lo voy a hacer porque en la última conversación que sostuve con el Presidente Chávez le prometí hacer todo lo que esté a mi alcance por ayudarlo en ese sentido en estas tierras. -¿Cuándo fue la última vez que conversó con el Presidente? Fue durante los actos que se realizaron el mes pasado, con motivo de estarse celebrando un nuevo aniversario de los sucesos del 4 de febrero. El Presidente fue muy amable ese día, que fue un escenario propicio para el reencuentro de quienes nos vimos involucrados en los acontecimientos de 1992. -El domingo pasado, en un diario de circulación nacional fue publicada una nota en la que se especula que el alto gobierno lo tiene a usted como su abanderado a la Gobernación. ¿Es cierto o es simplemente una especulación? - No puedo negar que tengo muchos amigos en lo que se denomina “alto gobierno”, pero las intenciones nuestras son las de someternos al escrutinio popular, y que sean las bases partidistas las que decidan en forma libérrima. Planes de otra naturaleza estarían huérfanos de sabor popular, y, por lo tanto, de orientación revolucionaria y de sentido histórico. Estamos en tiempo de transformación y nos está vedado retrotraernos a las etapas de las imposiciones que tanto daño ocasionaron en el pasado. En las actuales circunstancias no es posible imitar las conductas electorales de las organizaciones cuarta republicanas. Eso debe quedar muy claro. - ¿Mantiene relaciones de amistad con los otros precandidatos del PSUV? - Converso a menudo con muchos de ellos. Alí Quintero, Julio Moreno, Edgar Barreto, Juan José Abreu, Orésteres Leal y Temístocles Cabezas son mis amigos. Tengo bastante tiempo que no hablo con Octaviano Mejía, Alejandro Sánchez Martorelli, Orlando Ortegano y Luis Calderón. Con Hugo Cabezas no he tenido nunca la oportunidad de intercambiar impresiones. Ojalá y todos podamos reestablecer el diálogo con la finalidad de trabajar en forma conjunta. Estoy dispuesto a hacerlo y es por esa razón que a todos ellos les tiendo mi mano amiga. A todos, sin excepción, los invito a deponer actitudes que generen diatriba y los exhorto a colaborar con el Presidente Chávez en el tema de la unidad. Acuerdo Regional Es posible alcanzar un Acuerdo Regional en una región caracterizada por la diatriba permanente y por los antagonismos casi ancestrales? Claro que si es posible. Los verdaderos revolucionarios siempre deben a estar dispuestos a discutir sus puntos de vista de manera transparente. En los regímenes verdaderamente revolucionarios las ideas, proyectos y planes deben discutirse con todos los sectores. Sin la participación protagónica de la gente es irrealizable una gestión auténticamente transformadora. No olvidemos que la Revolución Bolivariana es autóctona, que no se parece a otra y que tiene ribetes de autenticidad como ninguna. Para lograr los objetivos de convertir a Trujillo en una potencia turística y agroindustrial, así como combatir los niveles de pobreza y precariedad educativa, estamos en la obligación de alcanzar, como primer paso, ese Acuerdo Regional del que hablo. Y yo estoy dispuesto a liderizar un vasto movimiento que tenga como objetivo fundamental la consecución del mismo. -¿Por dónde empezar? Entendiéndonos en unos propósitos comunes, sin vulnerar las líneas maestras de nuestra Revolución Bolivariana. Si ese escollo lo vencemos, entonces, ¿cómo no vamos a lograr el gran acuerdo regional? Lo que falta es disposición, ánimo y muchas ganas de trabajar por nuestro Estado. La mayoría de coterráneos están dispuestos a anotarse en esta linda tarea de unidad y convivencia regional, pero también estamos al tanto de que por desgracia en nuestro suelo nunca faltan expertos en transformar afectos en odios, duchos en cambiar entendimientos por pugnas y sobre todo diestros en permutar lealtades por traiciones. Por eso debemos manejar el entusiasmo en torno al Acuerdo Regional con mucha cautela, pero sin desanimarnos. -¿Cómo arribar a ese Acuerdo Regional? Los integrantes del llamado oficialismo y la oposición sensata sabemos que doctrinas disímiles nos separan y nos han distanciado en el curso de la vida. Sabemos que la lucha política es apasionante, que enerva los ánimos y establece a veces profundos abismos sobre los cuales parece imposible toda reconciliación. Pero sabemos también que por encima de las diferencias, por encima de las discrepancias filosóficas, por encima de las luchas enconadas hay un deber que no podremos cumplir cada uno de manera aislada. Hay un deber que exige la cooperación fecunda de todos. Hay un deber que reclama el gentilicio trujillano, confundido dentro del gran gentilicio venezolano. En eso existe un propósito común claro e indubitable por parte de toda la dirigencia realmente democrática que activa en estas tierras. Encauzar ese propósito para llevarlo a feliz término es un trabajo determinante para quien aspire ponerse a la cabeza de un proceso transformador en la región. -Usted ha hecho referencia a que tiene muchos amigos en el “alto gobierno”. ¿Podría esto redundar en beneficio para Trujillo si usted ocupara una posición de vanguardia? Por supuesto. Sería una oportunidad tremenda de implementar planes y proyectos de envergadura para los que se necesitaría una enorme cantidad de recursos económicos. A las entidades federales les ayuda en demasía que su líder conozca, en forma personal, a los funcionarios de más alto rango del gobierno. Y, además, el grado de confianza y estima hace casi imposible que la consecución de recursos no sea alcanzada. Los índices delictivos mantienen en zozobra a la población de la región, ¿cómo disminuirlos a breve plazo? Uniendo esfuerzos entre todos los organismos de seguridad, la Fuerza Armada y la Reserva Nacional. Hay que mejorar las condiciones socioeconómicas de las fuerzas policiales, así como dotarlos y equiparlos de nuevos armamentos y patrullas. En la capital de la república el ministro del Interior y Justicia ha implementado una política de patrullaje conjunto que ha dado resultados altamente satisfactorios. Ese tipo de actividades hay que imitarlas en nuestro Estado, sin salirse de un Plan de Seguridad Regional que será elaborado por especialistas en la materia tomando en cuenta a los Consejos Comunales. Hay que contar con la participación de las comunidades, pues son ellas, al fin y al cabo, quienes conocen a la perfección su propia realidad. -Los trujillanos estamos cansados de tantos ofrecimientos, ¿qué lo hace ser tan optimista? Recientemente, un grupo de amigos me hizo la misma observación. Estábamos revisando diferentes trabajos que se han realizado sobre la realidad trujillana, su problemática y las posibles alternativas de solución, cuando me dijeron que estaba rebosante de optimismo al hablar de las enormes potencialidades de nuestro terruño. Y es que estoy convencido de que si logramos ponernos de acuerdo juntos podemos empujar a Trujillo por senderos definitivos de prosperidad. Si aunamos esfuerzos estoy seguro que conseguiremos el enlace con la Autopista Regional de Occidente. Si nos unimos le daremos a Valera una Vialidad cónsona con su condición de gran ciudad. Si entendemos el mensaje modernizaremos la red de transporte de todo el Estado, construiremos el Gran Mercado de Mayorista de Los Andes y profundizaremos el rol de las Misiones. Si dejamos a un lado la diatriba y la afrenta diaria y nos dedicamos a trabajar por Trujillo, entonces obtendremos apoyar financiera y técnicamente a nuestros productores y agricultores. Si la unidad impera mediante un Acuerdo Regional volveremos a recuperar el sitial deportivo que una vez ocupamos. -Con ese discurso lo van a acusar de adelantar la campaña. No, de ninguna manera. Lo que pasa es que no podemos ocultar el deseo infinito de trabajar por todos los compatriotas que habitan en esta agraciada tierra. El mensaje unitario que pregono persigue elevar el autoestima de mis paisanos y hacerles entender que, todos juntos, sin exclusiones sectarias, podemos elevar a Trujillo a un sitial de honor en el que impere la justicia social y el bienestar colectivo en un ambiente de profunda transformación democrática.

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