martes, 9 de diciembre de 2008

Un asalto de la policía a plena luz del día


Un asalto de la policía a plena luz del día*, es la realidad vivida y expresada por una mujer que invirtió en Proyecciones DRFE en Popayán, según publica el diario El País. Esto, apenas da continuidad a la racha de los jóvenes desaparecidos y asesinados de Soacha a manos del Ejército Nacional en ejercicio de su heroísmo, motiva algunas reflexiones.
En “los medios privados de comunicación”, como los llama Álvaro Pabón (La Unión, Nariño), o “los medios amarillistas (RCN y CARACOL)”, como los llama Giovanni, los desparecidos en Colombia NO EXISTEN. Cosas de la llamada “seguridad democrática que promueve los valores del olvido como un elemento necesario a las instituciones del crimen.
Para el Estado, el lugar de los desaparecidos es el olvido. A la muerte física, la muerte de la memoria. Jóvenes que no pertenecen a los escuadrones de la muerte son el objetivo militar de las instituciones del Estado. Personas que no se someten a los dictámenes del sistema financiero de los grandes pulpos económicos, como el grupo Aval, son el objetivo policial, jurídico y militar del mismo Estado que mata a los jóvenes de Soacha (y de otras ciudades y campos del país).
Este sistema financiero y su Estado fueron los creadores del UPAC, el mismo sistema financiero que sigue dejando sin casa a tantos colombianos de los sectores populares. Esto, que deja sin hogar a niños y niñas del país, ancianas, jóvenes, no es un delito. Para ello se dispone de tanquetas, jueces, escuadrones ESMAD… y medios de comunicación que promueven el espectáculo del crimen ejecutado legalmente por el Estado. De la misma manera estos medios masivos crearon el pánico en la población para que sus heroicos agentes del orden robaran los dineros depositados en Proyecciones DRFE.
Los muertos de Soacha, con todo y el reconocimiento hipócrita del presidente de la república oligárquica de Colombia, seguirán muertos; los dineros robados por el Estado al asaltar sus fuerzas del orden las oficinas de Proyecciones DRFE, seguirán robados; la gente perderá mediante esta modalidad de atraco sus dineros y los intereses que dejarán de recibir, con todo y el reconocimiento hipócrita ya hecho por este mismo presidente.
Recordar, para las poblaciones objetivo militar de la práctica de la desaparición forzada, como comer, para los pueblos sometidos a la explotación y a la miseria planificada, son acciones que los poderosos reprimen por la necesidad que tienen de acumular más y más riqueza en sus manos. Al hambreado se le apalea; al asesinado se le imponen las marcas de la deshonra. El cuerpo del desparecido se le borra el nombre: es un NN. Su destino es la fosa común. La vida de los explotados es arrojada al sistema financiero que lo esclaviza y le mata el porvenir. Juntos, el hambreado y el desaparecido, son la misma carne de esta misma historia.
Por esta razón se encuentra que la gente identifica la unidad indisoluble de que “llevaron hasta Mocoa (Putumayo) una turba de antisociales pagados por Sarmiento Angulo.” El capitalista y su banda criminal. “El grupo Aval, ratas”, escribe Ana Pauleta. Así marchan por el mismo camino el capitalista y su legislador, el que le hace los códigos, los decretos, el que habla en nombre de la civilidad y de la democracia, el mismo que enmascara el crimen con la pincelada en el rostro de una falsa bondad.
“…es verdad que somos ambiciosos, pero quién no quiere un futuro para sus hijos, universidad y empleo para todos”, expresa una mujer sobre la realidad negada que debe vivir como parte de la marca de ciudadanía que este sistema oligárquico le impone como modo de vida. ¿Quién no quiere un futuro para sus hijos? Para los nuestros, la “turba de antisociales pagados por…” los demócratas de mierda, como dice el Señor Cobranza en la canción.
El pan del pobre atormenta al rico; la paz del pueblo atormenta al criminal. No son dos personajes diferentes: es el mismo personaje que en esta sociedad hace de la miseria el soporte inconfesado de su gran capital.
La ganancia del rico es una virtud, aún a costa de producir 75 millones de nuevos pobres en el mundo desde el año 2005, como se anunció la semana anterior desde una emisora en Bogotá. Esta es la realidad, con todo y la promesa marrullera de las Naciones Unidas de “luchar contra la pobreza”. Para el rico, la pobreza del explotado es un rasgo criminal. Las virtudes del rico son las desgracias del empobrecido. Por eso el ejército puede desaparecer jóvenes en Soacha y matarlos a cientos de kilómetros de sus humildes hogares y de sus familiares desorientados. O la policía robar a plena luz del día los ahorros de los sectores más empobrecidos de la población. Y se lucraron los fiscales y algún comandante de la policía y funcionarios del Estado. Y Uribe puede volver a enmascarar su política criminal llamando a calificar servicios a otra veintena de su turba de antisociales.
Cuando a los ricos se les escapa la riqueza, para ellos significa que no pueden producir de manera masiva la pobreza. Entonces los medios de comunicación de quienes concentran la riqueza, desaparecen la pobreza no mencionándola, tal como hacen con los desaparecidos. Entonces nos califican de incautos, porque no depositamos nuestros ahorros en las corporaciones financieras que acumulan millones y millones de dólares a costa de la miseria que se distribuye de manera planificada sobre la población. Esto no es un crimen, sino una virtud de la economía piramidal del capitalismo. Abajo los robados, los explotados, los apaleados, los desaparecidos; arriba de la pirámide los ladrones, los explotadores, los torturadores, los desparecedores: en una palabra y para repetir la canción: los demócratas de mierda.
Proyecciones DRFE cometió el delito de hacer llegar dinero a la gente; dinero que se le escapa al sistema financiero de la turba de antisociales del grupo Aval y demás… ratas.
Luis de Tulúa dice: “Uribe, el grupo Aval y la policía son los verdaderos ladrones que desataron el caos en todo el país; los medios porque no muestran... (Ver Más) Este ver más está en la página de Internet del diario El País.
Veremos más. Pero no en este ni en ningún periódico, sino en la realidad.
“Uribe se te acabó el Reinado.” ... (Ver Más)
Para ver más, debemos hacer más.Todas las citas son tomadas del periódico El País (Cali, Colombia)

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