jueves, 30 de octubre de 2008

Respecto del PSUV.


El desarrollo de la sociedad actual viene signado por un cúmulo de elementos, que si bien poseen cierta similitud con las sociedades europeas, no son totalmente iguales. Tenemos un número de factores referentes a las relaciones económicas, sociales, de explotación, que nos diferencian y que demandan de la vanguardia, ser estudiadas para poder llevar a cabo análisis políticos acertados en función del desarrollo de políticas revolucionarias acordes con las necesidades de la circunstancia histórica en la cual nos desenvolvemos.
Nuestra nación no se encuentra en el marco de una sociedad capitalista desarrollada, ni sus relaciones de explotación son las mismas a la de una nación del capitalismo clásico y desarrollado. Aquí la causa de mayor importancia de la explotación no es la enajenación de plusvalía en la producción como en muchos países. En su lugar, la forma principal de explotación es la enajenación de la renta petrolera, la cual no se encuentra en el proceso de producción como tal. Somos un país en el cual no se cumple que el estado capitalista sea sustentado por el trabajo de la población. En nuestro caso, tanto el estado capitalista como la sociedad en general, son mantenidos por la renta petrolera. Es por eso que nos identificamos más con la frase de "capitalismo rentista" como nombre del sistema económico, político y social en que nos encontramos.
En esta sociedad no se produce valor (en la magnitud necesaria para desarrollo de la existencia material de una sociedad cualquiera), lo que se suscita es un gasto enorme de la renta petrolera a tal punto de ésta mantener casi todas las necesidades del país. De aquí podemos concluir que la principal forma de explotación no es la industrial como tal, sino la del capital financiero. Se presenta un grupo social que enajena la renta petrolera del resto de la población, esto por medio de la succión de capitales al estado. Este grupo social no participa directamente en el proceso de producción en la sociedad, ni invierte dinero para producir. Este grupo social es una muy pequeña cantidad de personas cuyo único fin es el de hacerse de la renta petrolera para acrecentar sus riquezas.
A esta "élite" no se le puede llamar burguesía, debido a que no cumple con las características de una clase burguesa, que participa directamente en el proceso de explotación, que promueve la producción de valor y que participa de una manera bien determinada en la dirección del desarrollo de la existencia material de la sociedad, por medio de la explotación del hombre por el hombre. A este "grupito", que muchas veces es llamado "burguesía rentista" o "burguesía entreguista", nosotros la llamaremos oligarquía.
La mencionada forma de explotación plantea una nueva composición social, en el cual, la mayor cantidad de "pueblo" no es de obreros o campesinos, sino provenientes del sector de la economía informal. Además existe una parte de los trabajadores que se está proyectando como aristocracia obrera, a la cual le interesa mantener sus privilegios con respecto al resto de la población.
Esta dinámica busca seguir siendo mantenida por la oligarquía, la cual ve afectados sus intereses al presentarse una circunstancia en que gran parte de pueblo ha decidido cambiar. Este anhelo de cambio está marcado por una serie de elementos que bien vale la pena señalar:
Complejos
Conciencia de la influencia del imperialismo sobre nuestra realidad.
Inconformidad con la pobreza generalizada
Necesidad fetichista de un mesianismo
Es en este panorama en que se presentan las grandes contradicciones entre sectores de la población que toman partido por ideas bien definidas:
La clase oligárquica que busca seguir manteniendo el orden actual
Una clase oligárquica emergente que busca ocupar el espacio de la que ya se encuentra moribunda.
Grupos sociales organizados que representan los sentimientos de liberación de las grandes mayorías. Una corriente revolucionaria, que es la más dividida e insípida, y la más pequeña. Gran cantidad de factores progresistas que piensan y obran por un cambio social.
Es a partir de este conflicto que podemos concluir que nos encontramos en una crisis del bloque histórico, en el cual se presenta tres fuerzas principales en pugna, sobre las cuales no está bien definido en manos de quien quedará el poder. Nos identificamos, obviamente por la tercera fuerza, la gran masa de explotados que propugnan por su liberación, y que estamos convencidos, saldremos victoriosos solo si entendemos este panorama y tenemos la capacidad de orientar este proceso revolucionario, hacia la victoria de los trabajadores en esta lucha de clases.
Debido a la composición social propia de nuestra realidad, no podemos aspirar a llevar a cabo esta lucha mayormente con los obreros.
Se hace necesario pues efectuar una lucha que aglutine a los diversos factores progresistas del proceso, siempre teniendo clara la lucha por la liberación en contra de la explotación, y a favor de la emancipación de los trabajadores. Esto es que la concepción del proceso revolucionario debe ser abiertamente clasista.
Pero al tratarse de forjar la unidad nos damos cuenta del hecho presente. Y es que en estos momentos no están dadas las condiciones para implantar en un instante, una unidad nacional revolucionaria. La unidad no se decreta, se construye. Se hace menester que comprendamos que debemos comenzar a crearla, pero por ningún motivo hacernos de la ilusión que ya la tenemos. La unidad es un valor, es algo que queremos; no un hecho.
Las contradicciones que hay en el seno de la población y sobre todo en la militancia y participantes del proceso bolivariano, deben ser objeto de nuestro estudio para comprender el por qué La "unidad revolucionaria" en estos momentos no es hecho.
Existe una gran cantidad de vicios provenientes de la imposición de la cultura capitalista, que influyen directamente en el proceder de nuestras organizaciones. Estos son los de la envidia, el egoísmo, el sectarismo, la radicalosidad, el protagonismo, los complejos, y otros más. Y esto hablando solamente de los factores más progresistas, porque en el seno del Proceso Bolivariano, se encuentra también la "corriente de derecha" que detenta una cantidad de vicios aun mayor, con intereses de clase bien definidos, pero que por ser parte de este "bloque progresista", van a pertenecer directamente a las filas de esta propuesta unitaria promovida por el presidente.
Por otro lado se encuentran las acciones del presidente Chávez, que como sujeto político de relevancia en este Proceso Bolivariano, tiene gran incidencia en el país y sus líneas se presentan como coyunturas para la nación. Es allí en donde se encuentra la propuesta del PSUV. En un mar de desunión, pero con el interés real de promoverla. Un movimiento revolucionario no debe dejar pasar estos intentos de unificación de las fuerzas revolucionarias, pero al mismo tiempo tiene que cuidarse mucho de estos intentos, para que no se den pasos en falso, y que estas iniciativas sean concretadas en desarrollo real del pueblo, en su proceso de liberación y de emancipación del capital.
Dadas estas circunstancias, se debe entender que a lo interno del PUV se presentarán una serie de contradicciones, de entre las cuales, la de mayor importancia, es la compuesta por tres elementos principales. Estos tres elementos son:
• Gran posibilidad que se desarrolle una línea reformista o en todo caso socialdemócrata; debido la gran cantidad de sectores provenientes de todos los estratos sociales, y que harán vida en el partido.
• Presencia de factores oportunistas y reformistas en el seno de la dirección.
• Presencia de las grandes cantidades de líderes sociales, de masa en general, de cuadros medios progresistas, de militantes revolucionarios de base.
Es este panorama que se abre ante los ojos del mundo, respecto a la "primera gran iniciativa posible" de unidad de los factores progresistas. Ahora bien, ¿Por que hacemos este esbozo de las variables mencionadas?
Porque la situación difícil en que se presenta la correlación de fuerzas a lo interno del Partido, para con la "corriente revolucionaria", no debe ser causas para la desmoralización o desmovilización respecto a esta coyuntura. La diversidad de participantes y más aun, el entendimiento por parte de nuestro pueblo, de que "esa es la vía", nos dice a los movimientos de base, que tenemos la responsabilidad de participar, sin desvincularnos de nuestros principios y promoviendo las ideas políticas que aportamos y por la cual luchamos, en este proceso.
Este análisis nos lleva a considerar, que el PSUV, se debe presentar como un partido de masas, en el cual confluyan diversos sectores de la sociedad, con un fin común. Creemos que el PSUV no es el partido histórico de la revolución, pero si es una herramienta táctica de gran importancia, para promover y concretar en un futuro no lejano, el gran partido de la revolución.
En este sentido, pensamos que lamentablemente el PSUV se presentará como una propuesta policlasista, iniciativa venida desde el seno de la dirección del Proceso Bolivariano; sin embargo consideramos necesario, levantar nuestra voz en este aspecto y decir que el MPR Fogata, propugna por un Partido clasista, en el cual se proyecte a la clase de los trabajadores como la llamada a ejercer la vanguardia en La Revolución. Entendemos que esta herramienta propuesta por el presidente, necesariamente debe significar la aglutinación de un cúmulo de grupos sociales provenientes de diferentes clases. No tenemos duda en eso. Pero la "concepción" debe ser la de la liberación de la explotación de la clase trabajadora, mediante una propuesta socialista.
Este planteamiento está cargado de una concepción ideológica que supone la lucha de clases, como premisa para el desarrollo de la historia. Nuestra nación necesita de un desarrollo acelerado en el ámbito industrial, pero sin explotación ; y solo con una propuesta socialista, llegaremos a esta meta. Ahora bien, de alcanzar este objetivo estaremos fortaleciendo la clase trabajadora, ya bajo una concepción socialista, debido a que el sector de la economía informal y el de los desempleados, pasarían a ser parte de los trabajadores.
Es por esto que planteamos a los trabajadores como vanguardia, que solo los que produzcan los bienes materiales de su existencia, tenga el derecho sobre la dirección de la producción y la hegemonía sobre las relaciones socioeconómicas. Es este sector el llamado a convertirse en las grandes masas de la futura Venezuela Socialista.
Vemos pues, como se presentará una lucha de clases a lo interno del PSUV. Se debe comprender entonces que mientras exista policlasismo, los grupos afines que defienden sus intereses de clase, siempre van a buscar espacios comunes más fraternos y cercanos. A estos espacios, cuando alcanzan disciplina y ciertas consignas comunes, se les llama "tendencias" o "corriente".
Nuestra propuesta es la de promover una corriente revolucionaria y clasista a lo interno del PSUV. Este espacio será visto como una oportunidad de construir hermandad revolucionaria, de conocernos los iguales (y los no tan iguales), en fin de conocernos para que al calor de la lucha, vaya cambiando la balanza en la correlación de fuerzas a favor de la lucha revolucionaria y en contra del reformismo. Es por esto que vemos al PSUV, como una herramienta táctica de gran importancia.
Para comenzar con esta lucha, apreciamos la necesidad de una crítica y autocrítica revolucionarias, por lo cual queremos expresar a la opinión pública, que consideramos a los mecanismos propuestos de participación y elección de los voceros, como un método cuyo carácter es no revolucionario, debido a que la metodología es similar a la de las elecciones primarias de los partidos burgueses más adelantados. Queremos trascender la práctica cogollera de los partidos caducos de la cuarta república, pero también queremos trascender la forma burguesa de elección de los partidos en los países del capitalismo desarrollado, en que se hacen consultas a las bases, pero mediante mecanismos de participación burgués.
Solo mencionaremos un dilema, que es propicio para comenzar la discusión, pero que solo sería el inicio, porque las contradicciones propias de este policlasismo, traerán mas problemas que el que vamos a mencionar. Dilema: ¿Como son las escogencias de los líderes que por alguna u otra razón no se encuentran desarrollando trabajo en su zona de vivienda?. Solo se dejaría espacio entonces para los que detenten una maquinaria electoral o a ciertos líderes sociales legítimos, pero a una seria cantidad de militancia se dejaría por fuera. No nos quejamos por la gran masa de líderes sociales, que legítimamente por medio de su trabajo, se han ganado el espacio para participar y liderizar esta propuesta.
Lo que criticamos profundamente es el hecho de la ventaja que gozan esos dirigentes politiqueros, que detentan una maquinaria electoral (o electorera). Se estaría entonces en el gran peligro de seguir teniendo a esos dirigentes que las comunidades tanto rechazan, pero de los que no hemos podido desprendernos.
Bajo este panorama Fogata decide insertarse a esta propuesta de unidad por parte del Presidente de La República , defendiendo el derecho y deber de una sociedad de mantener sus expresiones organizativas de base, por lo cual proponemos que las organizaciones sociales de base, no pueden ser cercenadas en su derecho a la libre discusión y participación revolucionaria en sus espacios naturales de lucha. De hecho un gran ejemplo de organización partidaria, como lo es el Partido Comunista Cubano plantea en el artículo 60 de sus estatutos, lo siguiente: " El partido orienta y dirige el trabajo de las organizaciones de masas y sociales sobre la base del principio del acatamiento libre y consciente de su papel dirigente y en virtud de la influencia de sus militantes en el seno de las masas y con reconocimiento de la independencia orgánica y la autonomía de dichas organizaciones. El método de dirección y orientación del partido respecto a esas organizaciones es el de la más amplia y democrática discusión, el del razonamiento y el convencimiento de la línea y acuerdos del partido, el del respeto a la autonomía de esas organizaciones y a los intereses de los sectores de la población que ellas representan".
No estamos queriendo decir, por ningún motivo, que pretendemos copiar modelos, pero cualquier situación que en el pasado de las revoluciones, haya traído resultados positivos, debe ser estudiada. Es allí cuando planteamos este punto.
Finalmente queremos decir que, por las nefastas experiencias en el pasado de varios países que han querido aplicar un partido de gobierno, como la fórmula de la victoria, y tomando en cuenta todos los vicios que de estas dinámicas se han suscitado; abogamos por la necesidad que existe, de crear un partido con autonomía respecto a las decisiones estatales, que conserve independencia en la decisiones más trascendentales de sus estrategias. Un partido revolucionario, debe ser dirección del desarrollo de la sociedad y el estado, y no desde el estado para con el partido; siendo unas de las principales premisas la transformación del estado. No podemos supeditar un partido revolucionario, a un estado que va a morir.
Compañeros y camaradas, la unidad no se decreta, se construye, exijamos una construcción consensuada de la vanguardia de la sociedad, y no una imposición peligrosa.
Desde las mejores expectativas saludamos la propuesta del PSUV, dispuestos a participar con ansias en la construcción de la unidad y de país, siempre desde esta trinchera de rebeldía revolucionaria y crítica constructiva, que esperamos se erija como la gran trinchera y espacio de lucha de toda la sociedad.
¡No a la imposición...Si a la construcción!
¡¡Construyendo juntos, el poder popular de la patria socialista!!










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