El próximo 2 de diciembre la fortaleza de las fuerzas revolucionarias izará banderas contra los postreros reductos de las políticas neoliberales, la oligarquía y en primer término contra la administración de George Bush. Los Estados Unidos hoy tiene un nivel de desempleo del 4,5 por ciento, sufre una crisis energética como secuela del alto consumismo y despilfarro, un bajo nivel de ahorro personal, y una crisis inmobiliaria que pone en peligro las viviendas de 45 millones de norteamericanos.Estados Unidos hoy es un país parásito, cuya economía es financiada por el resto de la economía mundial, desde 1944 cuando en Bretton Woods se estableció al dólar como moneda internacional, además de la política del presidente Bush de disminuir impuestos a los más ricos y asignar altos gastos de guerra en Afganistán e Irak, lo cual lleva a este país a un déficit presupuestario de 248 mil millones de dólares. No obstante, quienes sufren más las actuales crisis son los países subdesarrollados, ya impactados por siglos de rapiña, dependencia y atraso. Sobresalen un enorme déficit presupuestario, un déficit comercial de 765 mil millones de dólares en el año 2006, y una deuda pública, de empresas y personal, que es superior en cuatro veces al Producto Interno Bruto de la poderosa nación.En nuestro contexto nacional estamos seguros del triunfo contundente que inundará de victorias a toda la geografía del país, puerta de entrada al continente latinoamericano. Con millones de SI, derrotaremos las mentiras, la violencia y la manipulación mediática presentadas por los grandes medios de comunicación, que suelen prescindir de cualquier idea de equilibrio y objetividad cuando informan sobre la situación de Venezuela.Se construirá una nueva geografía del poder en lo político, económico, social y administrativo, evitando la independencia del Banco Central de Venezuela que tienden a representar los intereses del sector financiero, probablemente una de las razones capitales del fracaso del crecimiento económico a largo plazo que ha experimentado la Venezuela en el último cuarto de siglo, un fracaso sin precedentes históricos.El Estado fortalecerá la Seguridad Social a los trabajadores del sector informal, lo que constituiría una importante medida antipobreza, dado que ese sector abarca a cerca del 41% de la fuerza de trabajo. La reducción de la jornada de trabajo a 36 horas. La eliminación a la discriminación fundada en la orientación sexual o en la salud física; procurarían la paridad de género en los partidos políticos; garantizar la educación universitaria pública; proteger la propiedad intelectual, que no significa abolir las patentes o copyrights, pero que si permitirá una mayor flexibilidad en la acción del gobierno a la hora de corregir las enormes ineficiencias económicas causadas por la existencia de monopolios privados protegidos por los Estados, por ejemplo, en el ámbito de los fármacos patentados. Y el punto más importante, (lo expresamos el 09 de noviembre en la rueda de prensa que realizamos), donde se concentra el gran temor de la oligarquía criolla y de la nueva burguesía emergente, que es el de la toma del poder popular de todos los espacios de decisión, tanto políticos como administrativos, sobre los cuales acostumbraban ellos a decidir los destinos de nuestros sectores populares excluidos por más de 40 años de falsa democracia representativa.Los últimos anuncios mediáticos responden a presiones de los agentes de la colonia sobre sus infiltrados en el proceso revolucionario, para mostrar supuestas debilidades en la base de apoyo de la revolución. A medida que la revolución avance, afortunadamente, se irá depurando de los agentes del capital, de lo cual la historia está plagada.
Denunciamos la campaña de TODOS CONTRA LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA, emergida desde la derecha reaccionaria y sustentada a través de la NED (National Endowment for Democracy), a la alta jerarquía católica, al Comando Nacional de la Resistencia, a Alejandro Peña Esclusa y a la organización oligarca y pro yanqui Partido Laboral Venezolano (PLV), a la organización religiosa conocida como Tradición, Familia y Propiedad (TFP).
TFP es una organización vinculada al fundamentalismo católico generado por el Opus Dei, el movimiento de Lyndon LaRouche conocido como Partido Laboral de los Estados Unidos (nacionalismo asociado a la ortodoxia cristiana) y los movimientos neo nazi que se generan a partir de la Fundación Shiller, dirigida por la esposa de Lyndon LaRouche.
Peña Esclusa crea la sección venezolana del Partido Laboral y recibe por ese conducto recursos financieros que le permiten (1)construir una fachada política para encubrir sus actuaciones (PLV); (2) asociarse a la fuente de financiamiento internacional de Lyndon LaRouche: el tráfico de armas. De allí inician un perfecto acoplamiento con el aparato de la CIA, la cual mantienen hasta el presente.
Denunciamos las acciones de la oposición contra el presidente Chávez y la revolución bolivariana a través de políticas desestabilizadoras:
1) Mediante propaganda negra y los supuestos alzamientos militares, fomentado miedo y terror a la población venezolana.
2) Las universidades privadas son convertidas en medios para provocar focos de violencia permanente en combinación con las fuerzas mediáticas, las cuales trasmiten internacionalmente la apariencia de un aparato policial del Estado que viola los derechos humanos de grandes masas opositoras.
3) Explorar escenarios de caos, dispersión de las fuerzas patrióticas y conspiración generalizada para lograr, por vía de una intervención foránea, la aplicación de la Carta Interamericana y la intervención de los cascos azules de la ONU en nuestro país.
Expresamos, a la oligarquía no les mueve ningún interés nacional, ni constitucional, salvo la recuperación de los espacios de poder, el control de la economía y la explotación contra sus enemigos de clase, es decir el proletariado. Como revolucionarios “nuestro rol histórico… pugnar a los enemigos de clases, combatir la desmovilización que ciertos sectores aliados al proceso pretenden imponernos, las manipulaciones mediáticas, para hacernos retroceder y así ocupar nuestros espacios conquistados, … tomar una decisión irreversible; no aceptar chantajes, ni concesiones”.
VOTA POR EL SI
SI A LA REFORMA
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
DIRECCION NACIONAL
MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO TUPAMARO
VENEZUELA, 26 de Noviembre de 2.007
Denunciamos la campaña de TODOS CONTRA LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA, emergida desde la derecha reaccionaria y sustentada a través de la NED (National Endowment for Democracy), a la alta jerarquía católica, al Comando Nacional de la Resistencia, a Alejandro Peña Esclusa y a la organización oligarca y pro yanqui Partido Laboral Venezolano (PLV), a la organización religiosa conocida como Tradición, Familia y Propiedad (TFP).
TFP es una organización vinculada al fundamentalismo católico generado por el Opus Dei, el movimiento de Lyndon LaRouche conocido como Partido Laboral de los Estados Unidos (nacionalismo asociado a la ortodoxia cristiana) y los movimientos neo nazi que se generan a partir de la Fundación Shiller, dirigida por la esposa de Lyndon LaRouche.
Peña Esclusa crea la sección venezolana del Partido Laboral y recibe por ese conducto recursos financieros que le permiten (1)construir una fachada política para encubrir sus actuaciones (PLV); (2) asociarse a la fuente de financiamiento internacional de Lyndon LaRouche: el tráfico de armas. De allí inician un perfecto acoplamiento con el aparato de la CIA, la cual mantienen hasta el presente.
Denunciamos las acciones de la oposición contra el presidente Chávez y la revolución bolivariana a través de políticas desestabilizadoras:
1) Mediante propaganda negra y los supuestos alzamientos militares, fomentado miedo y terror a la población venezolana.
2) Las universidades privadas son convertidas en medios para provocar focos de violencia permanente en combinación con las fuerzas mediáticas, las cuales trasmiten internacionalmente la apariencia de un aparato policial del Estado que viola los derechos humanos de grandes masas opositoras.
3) Explorar escenarios de caos, dispersión de las fuerzas patrióticas y conspiración generalizada para lograr, por vía de una intervención foránea, la aplicación de la Carta Interamericana y la intervención de los cascos azules de la ONU en nuestro país.
Expresamos, a la oligarquía no les mueve ningún interés nacional, ni constitucional, salvo la recuperación de los espacios de poder, el control de la economía y la explotación contra sus enemigos de clase, es decir el proletariado. Como revolucionarios “nuestro rol histórico… pugnar a los enemigos de clases, combatir la desmovilización que ciertos sectores aliados al proceso pretenden imponernos, las manipulaciones mediáticas, para hacernos retroceder y así ocupar nuestros espacios conquistados, … tomar una decisión irreversible; no aceptar chantajes, ni concesiones”.
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MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO TUPAMARO
VENEZUELA, 26 de Noviembre de 2.007
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